La belleza de Saint Germain des Prés

Saint-Germain-des-Prés... ¡sólo el nombre ya evoca el arte de vivir parisino! El barrio ha crecido a lo largo de los siglos en torno a su abadía. La abadía fue fundada a mediados del siglo VI por el rey merovingio Childebert I y el obispo de París, Saint Germain. En la actualidad, es la iglesia más antigua de París, cuyos cimientos se remontan al año 543. Acoge regularmente conciertos de música clásica y jazz. El hotel Delavigne se encuentra a cinco minutos a pie de la plaza Saint-Germain-des-Prés y de sus famosos cafés, Les Deux Magots y Café de Flore, desde cuyas terrazas podrá contemplar el incesante ballet de la vida parisina. A tiro de piedra, la plaza de Furstenberg es una pequeña joya, plantada de paulownias y sede del museo Eugène Delacroix.

A orillas del Sena, frente al Puente de las Artes, el Instituto de Francia, fácilmente reconocible por su imponente cúpula dorada, alberga las cinco academias (Académie française, Inscriptions et Belles-Lettres, Sciences, Beaux-Arts y Sciences Morales et Politiques). Un poco más allá, el Museo de Orsay, conocido internacionalmente por su rica colección de arte impresionista, revela su orgullosa silueta, diseñada para la Exposición Universal de 1900. Al final de la Rue du Bac, una bonita calle comercial del distrito 7, el famoso Bon Marché Rive Gauche y la Grande Epicerie de Paris son una visita obligada para los gourmets y los amantes de las compras.

De regreso al hotel, en pleno corazón de Saint-Germain-des-Prés, es imprescindible hacer una parada en la iglesia de Saint-Sulpice. antes de tomarse un merecido descanso en el Jardín del Luxemburgo o visitar el Museo del Luxemburgo, que alberga numerosas exposiciones temporales de renombre.